Si bien es cierto que alguien puede tener una mala experiencia, es recomendable asumir que eso "es posible" y por tanto, es saludable aceptar las cosas de buen termino. En eso consiste estar bien consigo y con el entorno.
Un secreto de salud mental: es "aceptar la realidad" . El principio es la "Aceptación Incondicional, de uno mismo, del entorno, y del mundo" ..
Por ejemplo, si yo me rasgase las vestiduras por una injusticia, eso no cambiará las cosas. El que yo prefiera o desee algo "no significa que deba ser así". Lo saludable es desear o preferir, y por contraparte... lo no saludable es exigir y demandar que las cosas sean como yo creo; eso ya no es racional, y genera sufrimiento (emociones negativas NO saludables). Resistirse a aceptar algunas situaciones puede entonces generar malestar excesivo y sufrimiento.
Por otro lado, también quiero señalar que un acto NO incluye a toda la persona. Somos falibles y perfectibles. El acto no es la persona total. No se debe generalizar, y por supuesto tampoco prejuzgar a alguien que definitivamente no conocemos ni hemos terminado de conocer. Sugiero tener mas calma en situaciones como estas , en primer lugar por nuestro propio bienestar, y porque siempre existen formas de solucionar las cosas, sobretodo dialogando directamente de las situaciones que lo ameriten, como personas mayores que somos, y tomando acuerdos luego de haber expuesto nuestros puntos de vista en la forma más adecuada.
Y, de la misma manera en que un acto no define a la persona, una distensión tampoco define una amistad.
Existen los errores y los cometemos todos. Resulta deseable desarrollar tolerancia ante nuestros yerros y ante los yerros de los demás también. Osea que se debe valorar más a la persona humana, en lugar de juzgarle y adoptar una insalubre actitud punitiva ante sus yerros. No podríamos fallarle a alguien que apreciamos acaso?..no nos ha ocurrido alguna vez? ...o ya
terminamos de perfeccionarnos?..
"Hombre soy, y nada humano juzgo ajeno a mí": Principio útil (tomado de los masones) para aprender a desarrollar tolerancia.
Autor: Ramón Cortez Zevallos
El amor es como el vino, y como el vino también, a unos reconforta y a otros destroza. Es intensidad y por esto: estira los minutos y los alarga como siglos. Es siempre tímido ante la belleza. Es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio. Y sin erotismo no existe. El erotismo sin amor es frecuente. Y si deseas mucho a alguien deja que se vaya, si vuelve será tuya para siempre, si no vuelve nunca ha sido tuya.